Ed Harcourt no es "santo de mi devoción", como diría un buen cristiano, pero en este álbum de tan solo seis canciones se puede encontrar una gran diversidad de sonidos y estilos, algo que lo hace muy interesante.
Tomando como protagonistas al piano y a la batería, Ed Harcourt ha conseguido, añadiéndoles sintetizadores o guitarras en distintos temas, pasar de una ambientación de una película de terror a baladas épicas, del toque industrial y urbano a los sonidos más románticos añadiendo unos cuantos y suaves violines.
Dicen que cuanto más extenso es algo, más posibilidades hay de que una parte esté mal. Ed Harcourt no se la ha querido jugar y ha salido con los temas justos y la variedad perfecta para que cualquier persona encuentre su tema predilecto entre estos seis en juego.
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