El día que conocí a Tae Young

El día que conocí a Tae Young, o el día que comprendí que dos no se comunican si uno no quiere, jajja!!. En fin, también fui consciente de mi bajo y mejorable nivel de ingles. Viendo como está el asunto me tendré que poner a ello urgentemente.

Se me encargó ir a recoger al compañero al aeropuerto, y como soy bien mandado (aunque mi madre diga lo contrario a veces, solo por malmeter ;), allí me presenté cartelito en coreano en mano. Al rato, con cara de despistado, como la de todos los que alguna vez hemos tomado un avión y llegamos a un sitio que no conocemos, me topé con Tae Young. Nos sonreímos, y tras un breve chapurreo en inglés (o algo parecido), se vio metido en la furgoneta de servidor. Jajja!, yo no se lo que se le pasaría por la cabeza al compañero, pero poniéndome en su lugar...

En fin, que dejamos los bártulos en casa y nos fuimos para Madrid. 

Tres escalas, 3:

1. Centro de cultura coreano, que estaba de inauguración y petado de gente. Bonito pai-pai tengo por aquí por casa rememorando el festivo acontecimiento.
2. Caixa Forum, foticos y exposiciones.
3. Y por último Reina Sofía, donde nos hinchamos a ver cuadros y exposiciones de lo más diversas. Por supuesto, parada obligatoria ante el Guernica, fascinante, como siempre... También pasamos ante la colección de Yayoi Kusama, artista japonesa que nos gustó mucho y de la que os muestro un par de fotillos.

Por la tarde recorrimos Lavapies, y acabamos poniéndonos gotxos a pescaito frito, bienmesabe y Barbadillo en una tabernita gaditana cerca del Cine Doré.

En fin, que siempre es un placer conocer a gente, y que aunque tuvimos ciertos problemas de comunicación la mayoría del tiempo nos llegamos a entender. Solo hace falta buena voluntad y SONREIR. En esto último, Tae Young y un servidor, ESPECIALISTAS!!.

Buen viaje amigo. Espero verte pronto...