Nunca se sabe de qué manera vas a descubrir algo. A veces lo buscas… a veces simplemente tropiezas con ello.
En plena “honey moon”, Radio 3 (como no) a toda pastilla en el coche de alquiler, atravesando el valle de la Orotava camino del Teide. Un sonido envolvente y embriagador me hace sonreir. Adoro esa sensación. Acabo de entender que, por suerte, acabo de tropezar con algo bueno. “Apunta, apunta”, le digo a Eunyoung…
Portico Quartet es el nombre del grupo de estos cuatro chicos londinenses que empezaron tocando en los aledaños del Teatro Nacional de Londres.
El nivel de singularidad viene avalado por la propia banda, quienes consideran su forma de tocar como un ejercicio imaginativo, de base electrónica, con toques cercanos al ambient, la música clásica y el dance.
Portico Quartet no es que sea un grupo especialmente difícil. Sin duda, es una banda en búsqueda de los horizontes sonoros del futuro. Hay grupos de los que es difícil comprender su origen y su devenir.
Cazan como peces en el agua dentro del pop digital, del pop experimental, del nuevo techno, de sonidos distantes y extraños que recuerdan a Eric Truffaz, PhilipGlass o Jan Garbarek, héroes de la música de “sala de estar” como yo la llamo.
El álbum homónimo del que os hablo hoy va a caballo entre el free jazz, la indietrónica, el rock experimental y la electrónica digítal, que decide militar en lo atmósférico, en el ambient, en lo convuslo.
A mi me alucina… a ver que os parece a vosotros.
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