Volvemos a The XX. Pocos artistas han aparecido en los últimos cuatro o cinco años con una personalidad tan clara como ellos. Y no me refiero a su estética, que también suma, sino a su música, a esas canciones melancólicas y preciosamente minimalistas. Minimalismo acentuado si cabe en este segundo trabajo de los británicos, algo que quizás pueda parecer sencillo de realizar pero que no está al alcance de todos. Seguir alabando, si cabe, la perfecta dualidad de las voces de Romy Madley y Oliver Sim, algo que no cambia ni un ápice respecto a su primer larga duración.
Es un disco que no puede ser juzgado sin escuchas y escuchas acumuladas, porque hay demasiados puntos en común con su predecesor y apenas unas pocas diferencias para crear la suficiente distancia emocional.
“Coexist” es un buen disco, atractivo y ensoñador, fantástico por momentos, pero la comparación es tan evidente que resiente casi cualquier valoración. Ahora bien, cada día que pasa, cada escucha que sumo, me lleva más a pensar que quizás eso carezca de importancia y no sean más que manías de los que somos más críticos con los grupos que nos han llegado a tocar un poquito con anterioridad.
The XX para mí fue un hallazgo ya hace un par de años. Este disco es tristeza y serenidad, sin grandilocuencias, sin aspavientos, pero con sentido y profundidad. Voces que son susurros, ritmos con poca cadencia y guitarras de melodías limpias e hipnóticas. Por cierto, tus críticas cada vez más curradas, creativas y personales. Cada vez mejor blog ,si señor,
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ResponderEliminarAcertadas palabras Edu... sobre todo las que alaban mis comentarios, jajjaja!!
ResponderEliminarGracias fenómeno!