lunes, 20 de febrero de 2012

El barranco de Masca y Los Gigantes

Tras el día de transición de cambio de isla, al fin ha llegado el momento de planificar por donde olisquear estos tres días que quedan de asueto!!

La idea es centrase en la zona norte de la isla, que es quizás la más adecuada para hacer senderismo. En el sur, por lo general, se concentra mayor turismo playero y es algo que, igual, no hemos venido a buscar en este viaje :) ...

Hojeando una revista, nos llamó la atención el Barranco de Masca, enfrascado en el Macizo de Teno en la parte noroccidental de la isla. Éste está surcado por profundos barrancos y acaba abruptamente en el mar, en una zona conocida como Acantilado de los Gigantes, una serie de altos precipicios que se desploman sobre el mar llegando incluso a los 500 metros de desnivel.

Masca es quizás una de las zonas más pintorescas de la isla y probablemente sea algo complicado llegar a ella, pero el viaje merece la pena, ya que a través de las serpenteantes carreteras se puede apreciar a fondo la belleza del paraje.

Las casas del caserío cuelgan casi de un hilo en las estrechas crestas de sus espectaculares formaciones rocosas, dignas de ser fotografiadas, aunque nosotros llegamos al lugar con otras intenciones. Recorrer el barranco a pié hasta llegar a su salida al mar, la Bahía de Masca, famosa por haber sido guarida de piratas. Una vez allí ser recogidos por una pequeña embarcación que, navegando junto a los acantilados de Los Gigantes, nos llevaría a la población del mismo nombre, y una vez aquí, taxi y vuelta a Masca.



La ruta merece la pena, aunque la vegetación se ha visto muy mermada tras el incendio del año 2007 y anda en plena recuperación, pero no es demasiado larga (alrededor de 3 horas), y el paseito en barco no tiene desperdicio.

Para rematar la jornada nos acercamos a la costera localidad de Garachico, fundada tras la conquista de Tenerife en 1496. Durante siglos fue el puerto principal de la isla lo que la hizo progresar económicamente.
En 1706 una erupción del volcán de Trevejo, también llamado Arenas Negras, terminó con el periodo dorado de la localidad, que quedo sepultada en parte bajo la lava, especialmente el puerto, desfigurando así parte de la costa, dejándola a merced de los vientos y haciendo que los comerciantes apostaran en utilizar los muelles del Puerto de la Cruz.

Como curiosidad, la familia del libertador Simón Bolivar es natal de esta localidad tinerfeña y algo más, a causa de la erupción antes nombrada, el pueblo dispone de unas estupendas y cuidadas piscinas naturales llamadas El Caletón.

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