Paseo entre volcanes

Ya que en el norte de la isla daban la predicción de lluvia, escapadita hacia el sur. 

Yo ya había echado el ojo a una ruta que, de forma perpendicular, atravesaba parte de la zona sur de la isla. Para ser más exactos, la ruta transita por el Parque Natural de Cumbre Vieja, y crestea por la línea de cumbres que nos asoman a los distintos volcanes que se encuentran a lo largo de ella, como pueden ser el de Birigoyo, Nambroque o de La Deseada, además de varios cráteres.

El mal tiempo chafaba esta opción, pero la posibilidad de bajar más hacia el sur escapando así de la lluvia, abría la puerta a otra ruta algo más corta pero igual de espectacular y bonita, visitando volcanes, cráteres y salinas naturales.

Bajando hasta Fuencaliente, encontramos el centro de visitantes que se encuentra junto al cráter del volcán de San Antonio. Te piden 3 euretes para poder asomarte al cráter, pero a mi entender merece la pena... no todos los días, los madriles, tenemos opción a asomarnos a un volcan ¿no? 

El volcan de San Antonio, entró en erupción por última vez en el año 1677. Una de sus coladas sepultó la conocida Fuente Santa, zona de aguas conocida por sus propiedades curativas que aún hasta la fecha de hoy se sigue intentando recuperar. La erupción se inició un 17 de enero y concluyó algo más de un año después.

Algo más al sur y a una menor altura se alza el Teneguía. En el se produjo la última erupción terrestre producida sobre suelo español en octubre de 1971. Parte de los materiales expulsados fueron ganados al mar en un grandioso espectáculo pirotécnico (mira el interesante video). Gracias a su erupción se consiguieron ganar tierras al mar, donde se generó una plataforma sobre la que se extiende el cultivo platanero, además de crear unas condiciones especiales para el cultivo de la vid. De aquí se obtiene la uva para la elaboración del famoso vino isleño de Malvasía.

Para acabar la ruta no hay más que descender hasta el faro situado junto a las famosas salinas de Fuencaliente. En este lugar, desde 1967, se viene produciendo sal de forma artesanal. Es muy interesante y didáctico pasear entre sus parcelas y, gracias a unos paneles informativos, conocer el proceso de elaboración de la sal. Además de poder ver a los operarios trabajar en los cristalizadores, se puede comprar sal artesanal a no muy mal precio. Durante la erupción del Teneguía, las salinas fueron salpicadas de cenizas, dejando paralizada la producción durante un año.

En este punto hay que coger una guagua, jajja!! para volver al punto de inicio. En total, la ruta vienen siendo 10 kilometrillos, esos si, casi todos de bajada. Una vez junto al centro de visitantes, no dejéis de pasar a tomar algo a "La Casa del Volcán", un bar restaurante donde puedes encontrar toda variedad de vino isleño (solo tienen vino de la tierra), además de poder degustar alguna tapita rica, sin ir más lejos el queso de cabra ahumado con mojo verde está para repetir...