sábado, 18 de febrero de 2012

Roque de los Muchachos

Para salvar los 2500 metros de desnivel acumulado desde Santa Cruz hasta el Roque de los Muchachos hay que serpentear a través de más de 40 kilómetros de carretera de montaña. Tela. Pero no hay nada que no haga ameno el escuchar Radio 3 en el coche...
Aún así vimos algún que otro aventurero con sus bicicletas ascendiendo por el asfalto. Que recuerdos, jajja!!

El Roque de los Muchachos es el nombre que se le da al pico rocoso que forma el punto más alto de la isla de La Palma. La altura máxima asciende a 2426metros sobre el nivel del mar, lo que hace de La Palma la segunda isla más alta del archipiélago canario después de Tenerife. El Roque cierra la Caldera de Tabueriente por su zona norte. Desde la cumbre se puede ver Tenerife, La Gomera y El Hierro. El nombre le proviene de la forma del mismo, pues son una serie de pequeños roques de unos 3 metros de altura, que se asemejan a un grupo de muchachos.


En el Roque de los Muchachos, debido a la gran calidad del cielo, se sitúa el Observatorio Astrofísico del mismo nombre. Fue inaugurado en 1985 y pertenece al Instituto de Astrofísica de Canarias. Debido a su ubicación geográfica, en medio del Atlántico, y el peculiar clima, provocan la formación de nubes entre los 1000 y 2000 metros de altura, que hacen de espejos e impiden que la contaminación luminosa de las poblaciones de la costa dificulten la observación de las estrellas.
En los años posteriores a su inauguración se han ido instalando más telescopios gracias a los acuerdos de internacionalización firmados en 1979. Los hay producto de la colaboración entre países, como el Isaac Newton entre Reino Unido, Países Bajos e Irlanda. El Telescopio Meridiano de Carlsberg (como la cerveza, ja!), con la participación de Dinamarca, Reino Unido y España. También andan presentes Norteamericanos, mejicanos, belgas, italianos... en fin.


Lo de pisar nieve estuvo genial. Disfrutar del mar de nubes, del viento fresco, de los rayos del sol... Si, soy un disfrutón ;)

Para completar el día decidimos bajar del Roque por la vertiente norte para así conocer esa parte de la isla. A mi personalmente me gustó mucho. Quizás por ser la zona que padece de unas condiciones meteorológicas mas adversas, también da la sensación de ser la menos habitada y salvaje. Su vegetación recuerda a la del norte de la península y sus carreteras y poblaciones son de lo menos concurridas del lugar.

Como apretaba el hambre, acabamos comiendo en un lugar bastante peculiar junto a una extraña laguna artificial en las afueras de Barlovento. El sitio, chiquitico y familiar nos dio buena impresión desde un principio. Cuando vimos la carta, los precios y luego el plato, nos quedamos boquiabiertos. Si hubiese un sitio así en Madrid, habría que llamar para pedir cita con meses de antelación. Alucinante!

Nos quedó sin ver el bosque de laurisilva de Los Tilos, pero ese queda para la próxima vez que vengamos...

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